El lunes 23 llegó el momento esperado de poner manos a la obra.
Ya estudiaron en clase los rudimentos teóricos del cultivo, del crecimiento de las plantas y de los cuidados y aprovechamientos del huerto. Ahora había que agacharse y tocar la tierra húmeda, cavarla, manejar los plantones, transplantarlos, arroparlos…
Un rato simpático de veras, entre críos alucinando de que ellos solitos lo hacían entre maestras bien metidas en faena.
Las caras y las actitudes de los chavales lo dicen todo.